¿CBD y embarazo? La relación entre el cannabis y el embarazo siempre ha sido controvertida. Mientras que por parte de las mismas embarazadas (se calcula que hasta un 5% de embarazadas utilizan algún producto de cannabis; COP, 2017) o la población general no existen riesgos relevantes en este sentido, lo cierto es que la academia ha adoptado una postura diametralmente opuesta. Esto se debe, principalmente, a la capacidad del cannabis de travesar la placenta y provocar posibles daños en el feto. Estos daños estarían relacionados con el desarrollo cerebral, y se pueden traducir a mayores índices de hiperactividad, afectación en funciones cognitivas, o variaciones en los receptores dopaminérgicos de los neonatos (Dong et al., 2019).
Mientras que se conocen algunos posibles riesgos del uso de cannabis durante el embarazo, prácticamente desconocemos los efectos que podría tener el CBD aislado. Este compuesto es utilizado por parte de las mujeres embarazadas por ejemplo para reducir las náuseas que suelen aparecer en este periodo. Siendo el CBD un cannabinoide, podemos asumir que también tiene la capacidad de atravesar la placenta, pero no sabemos qué implicaciones tiene en este caso. De hecho, la misma FDA (Food and Drug Administration) emitió un comunicado remarcando la falta de estudios sobre los efectos que podría tener el CBD en el feto o en la mujer embarazada (FDA, 2020).
Además de esta falta de información, hay algunos datos que sugieren proceder con cautela, ya que se ha observado que el CBD tiene un efecto negativo sobre la angiogénesis (formación de vasos sanguíneos) en células endoteliales del cordón umbilical (Solinas et al., 2012). Esto puede llevar a algunas complicaciones en el embarazo, como preeclampsia. Además, también es posible que el CBD pueda modular el sistema inmunológico del feto alterando los niveles de citoquinas, lo cual podría provocar la aparición de cáncer o infecciones en etapas posteriores (Dong et al., 2019). Además, el CBD también inhibe algunas proteínas relacionadas con el transporte de nutrientes hacia el feto, especialmente en el transcurso del primer trimestre cuando se forman los órganos. Esto además puede conllevar efectos inflamatorios en la placenta (Feinshtein et al., 2013).
También es importante destacar que las células uterinas contienen receptores CB1 y CB2, ya que, de hecho, el sistema endocannabinoide también juega un papel importante en todo el proceso de gestación y parto. En este sentido, un estudio in vitro (Houlihan et al., 2010) mostró que la aplicación de CBD sobre dichas células provocaba la inhibición de la contractilidad inducida por oxitocina, lo cual, lógicamente, es un efecto muy similar a lo que ocurre en el caso de la anandamida, un endocannabinoide endógeno cuyas concentraciones en sangre aumentan de manera significativa justo antes del momento del parto. Otro estudio in vitro publicado recientemente (Almada et al., 2020) mostró que el CBD tiene la capacidad de interferir en el proceso de decidualización, que consiste en diversos cambios fisiológicos que se producen en el contexto del embarazo para preparar adecuadamente al organismo. Esto puede repercutir en futuros problemas y trastornos relacionados con la gestación. No obstante, siempre hay que tener en cuenta que existe una distancia difícilmente salvable entre los estudios in vitro y lo que ocurre en humanos.
Pese a la existencia de estos datos preliminares, como decíamos al principio muchas mujeres embarazadas utilizan aceites de CBD para contrarrestar algunas molestias típicas del embarazo, como las náuseas o la ansiedad. Esto puede deberse a que, en general, se percibe al CBD como una sustancia muy segura y de baja toxicidad. Y realmente es así. El CBD presenta un perfil de tolerabilidad y seguridad muy satisfactorio, con efectos secundarios muy limitados. No obstante, este amplio margen de seguridad no debe extrapolarse tan ligeramente a cualquier persona y cualquier situación. En el caso del embarazo, el organismo de la gestante y el organismo en formación se encuentran en una situación muy sensible. De hecho, son muchos los fármacos que en cualquier otro momento vital no causarían ningún efecto indeseado, pero se desaconsejan completamente durante el embarazo, como es el caso de la aspirina, sin ir más lejos. Puede que el caso del CBD no sea una excepción, y futuros estudios deberán evaluar la seguridad de su uso durante el embarazo.
Genís Oña, MSc en Farmacología
Almada, M., Amaral, C., Oliveira, A., Fernandes, P. A., Ramos, M. J., Fonseca, B.,… Teixeira, N. (2020). Cannabidiol (CBD) but not tetrahydrocannabinol (THC) dysregulate in vitro decidualization of human endometrial stromal cells by disruption of estrogen signaling. Reproductive Toxicology. doi:10.1016/j.reprotox.2020.01.003
Committee on Obstetric Practice (COP) (2017). Committee Opinion No 722: Marijuana use during pregnancy and lactation. Obstet Gynecol, 130(4), e205-9.
Dong, C., Chen, J., Harrington, A., Vinod, K.Y., Hegde, M.L., & Hegde, V.L. (2019). Cannabinoid exposure during pregnancy and its impact on immune function. Cell Mol Life Sci, 76(4), 729–43.
Food and Drug Administration (FDA) (2020). What you should know about using cannabis, including CBD, when pregnant or breastfeeding. Disponible en: https://www.fda.gov/consumers/consumer-updates/what-you-should-know-about-using-cannabis-including-cbd-when-pregnant-or-breastfeeding
Houlihan, D.D., Dennedy, M.C., & Morrison, J.J. (2010). Effects of abnormal cannabidiol on oxytocin-induced myometrial contractility. Reproduction, 139(4), 783–8.
Solinas, M., Massi, P., Cantelmo, A.R., Cattaneo, M.G., Cammarota, R., Bartolini, D.,… Parolaro, D. (2012). Cannabidiol inhibits angiogenesis by multiple mechanisms. Br J Pharmacol, 167(6), 1218–31.
Feinshtein, V., Erez, O., Ben-Zvi, Z., Erez, N., Eshkoli, T., Sheizaf, B.,… Holcberg, G. (2013). Cannabidiol changes P-gp and BCRP expression in trophoblast cell lines. PeerJ, 1, e153.