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OMS, CBD Y Cannabis medicinal

NO, LA OMS NO HA DECLARADO QUE –TODO- EL CANNABIS MEDICINAL TIENE USOS TERAPEUTICOS SEGUROS.

Hace escasos días la OMS declaró que el cannabioide CBD tiene usos terapéuticos demostrados y que, además, éstos usos terapéuticos no tienen riesgos significativos para la salud del ser humano.

Es fundamental que organismos internacionales competentes en materia de salud (como lo es, sin duda, la OMS, más allá de las consideraciones morales que puedan despertar sus prácticas y fundamentos) reconozcan y, por tanto, avalen el uso del cannabinoide CBD como un elemento válido para tratar la sintomatología de enfermedades tan demoledoras como la epilepsia infantil, síndrome de Dravet, Tourette etc sin duda, estos niños y niñas, así como sus padres y madres, necesitan que este tipo de instituciones internacionales por fin reconozcan lo que muchas de estas personas ya sabían: que el CBD funciona para mejorar la calidad de vida de las personas que padecen este tipo de patologías (reducción drástica de crisis convulsivas y por tanto reducción del daño neuro-cognitivo y motor que se produce como consecuencia de las mismas).

¡Atención! Recientemente hemos creado un contenido en nuestro blog en el que hablamos específicamente sobre el CBD medicinal y el dolor crónico. Pensamos que puede interesarte si quieres conocer las propiedades que tiene el CBD para casos de este tipo.

Hasta ahí todo perfecto. Pero ocurre de facto, que el anuncio de la OMS sobre el cannabidiol ha generado un tsunami de publicaciones (en presa o en rrss) que se replican y propagan con gran celeridad por internet, tanto en los medios de comunicación “generalistas”, como en el ámbito más particular del cannabis -y el cannabis medicinal- lo cual es aún más preocupante, bajo el titular de “La OMS reconoce el uso terapéutico –y la ausencia de riesgos significativos- del cannabis medicinal”. Este es el contenido, con sus variaciones particulares en cada caso, de la inmensa mayoría de las publicaciones que circulan por la red1.

¿Qué implican estos titulares?

En la práctica totalidad de estos titulares que aludo se esconden dos errores muy graves si queremos tratar de forma seria y rigurosa el asunto del cannabis medicinal.

Estos dos errores serían concretamente: 1) Una identificación errónea que implica, a su vez, 2) un reduccionismo. La identificación errónea no es otra que la que se establece implícitamente entre “cannabis medicinal” y “CBD”; y esta identificación implica un reduccionismo puesto que la planta del cannabis no comienza, ni mucho menos acaba, en la molécula CBD.

Resumiendo, podemos afirmar que el CBD es cannabis medicinal, pero no todo cannabis medicinal es CBD. Con esta identificación-reduccionismo se está negando implícitamente el potencial de cannabinoides fundamentales en el uso terapéutico del cannabis como lo son principalmente el THC, y en menor medida el CBN, CBG, CBC, THCV etc etc por no hablar de otros componentes de la planta con reconocidos usos terapéutico –más allá del propio cannabis- como los terpenos (los componentes químicos responsables de los olores y sabores del todo el reino vegetal).

De hecho, en Medcan, sabemos muy bien un dato que tanto el Dr. Mechoulan2 como el Dr. Ethan Russo han demostrado, mediante estudios serios y rigurosos3 que el efecto séquito (conocido en ingles como “entourage”) es fundamental para optimizar los beneficios del cannabis terapéutico. Es decir en el cannabis medicinal hemos de trabajar preferentemente con extractos de planta completa ya que necesitamos hasta cuatro veces menos dosis para los mismos resultados si tomamos extracto de planta completa (con cannabinoides –thc, cbd, etc- , más terpenos etc etc), antes que cualquier cannabinoide aislado mediante procesos químicos de extracción.

Esto es debido al efecto séquito que se da entre cannabinoides y terpenos etc, además de entre los propios cannabinoides si se aplican conjuntamente. El “todo” en el cannabis medicinal es mucho más que la suma de las “partes” o que las partes por separado.

Atendiendo a esta importancia capital del efecto séquito en el uso terapéutico del cannabis, hemos de concluir que no podemos ni debemos limitar el cannabis medicinal al CBD en solitario, ni a ningún otro cannabinoide o elemento de la planta de manera aislada.

En definitiva, de igual manera que las personas que usan CBD –de extracto de planta completa- con resultados terapéuticos muy satisfactorios (y que no consiguen obtener con ninguna otra medicación convencional) necesitan el respaldo de la comunidad médica internacional y los organismos internacionales competentes en la misma –como la OMS-, exactamente en la misma medida lo necesitan aquellas personas inmersas, por ejemplo, en procesos oncológicos que buscan recuperar el hambre y el sueño (sin dormir y comer adecuadamente cualquier recuperación en salud se torna una quimera) y reducir nauseas o para aquellas otras personas que tratan de calmar sus dolores crónicos o de origen neuropáticos etc… y tanto para los unos como para los otros el cannabinoide que tiene un mayor potencial no es otro que el THC.

El THC, recordemos es el fitocannabinoide (cannabinoide procedente de la planta) fiscalizado internacionalmente ya que posee psicoactividad. En la inmensa mayoría de los titulares y pseudo argumentaciones que identifican “cannabis medicinal” y “CBD” , se da por hecho que THC y uso terapéutico del cannabis son dos elementos incompatibles… si bien es cierto que en muchas ocasiones lo que el usuario lúdico busca (la psicoactividad y sensación de embriaguez) es precisamente lo que repele al terapéutico, no es menos cierto que en muchos procesos de salud/enfermedad el THC juega un papel terapéutico fundamental a pesar de su psicoactividad (como analgesia contra dolor, antiemético, o para estimular el apetito) e incluso por su psicoactividad en muchos otros casos (en los que la alteración “artificial” del animo puede erigirse como un elemento terapéutico más… como dice Franco Rotnheimee).

Entonces, ¿cuál sería la definición más apropiada sobre el anuncio?

A modo de conclusión podemos afirmar que todas aquellas personas que luchamos por el fin de las políticas prohibicionistas en materia de sustancias psicoactivas (por ineficaces en materia de salud, ineficientes en lo económico e injustas en lo social4), hemos de levantar la voz para celebrar que la OMS haya afirmado que el CBD tiene usos terapéuticos y no conlleva riesgos significativos para la salud, pero con la misma determinación e intensidad hemos de levantar la voz para exigir que ese reconocimiento se expanda hacia otros cannabinoides y que nunca se olvide la importancia capital del “efecto séquito”, básicamente por dos motivos: Identificar y reducir el cannabis medicinal a la molécula CBD no solo es inexacto científicamente (se ignora el “efecto séquito”, asi como a otros cannabinoides cbn, cbg cbc, y terpenos etc que tienen un alto potencial terapéutico), sino también injusto socialmente con aquellas personas que necesitan que sus dolores sean calmados, sus nauseas se interrumpan y poder comer y dormir para recuperar su salud. Ellas también necesitan el respaldo de la sociedad civil y de las instituciones internacionales competentes en el ámbito de la salud. No les dejemos solas.


1 Algunos ejemplos:

https://www.infobae.com/america/mundo/2017/12/14/la-oms-declaro-en-un-informe-que-la-marihuana-medicinal-no-tiene-riesgos-para-la-salud/

https://www.clarin.com/sociedad/oms-avala-cannabis-medicinal-afirma-estupefaciente_0_HyUI64bGf.html

2 An entourage effect: inactive endogenous fatty acid glycerol esters enhance 2-arachidonoyl-glycerol cannabinoid activity. ShimonBen-Shabat, Ester Fridea, Tzviel Sheskina, Tsippy Tamirib, Man-Hee Rheec, Zvi Vogelc, Tiziana Bisognod, Luciano De Petrocellise, Vincenzo Di Marzod y RaphaelMechoulam

3 Taming THC: potential cannabis synergy and phytocannabinoid-terpenoid entourage effects. Ethan B. Russo

A tale of two cannabinoids: the therapeutic rationale for combining tetrahydrocannabinol and cannabidiol. Ethan B. Russo y Guy, G. W.

4 El prohibicionismo es ineficaz sanitariamente ya que no cumple el objetivo de eliminar las drogas de la faz de la tierra y establecer una abstinencia total. Es ineficiente porque conlleva unos gastos económicos y de capital humano y tiempo muy elevados, dados los escasos resultados que obtiene. Y por último es injusto socialmente porque mientras que las drogas se consumen de manera transversal en todas las capas sociales, mientras que en las cárceles las personas presas por delitos de tráfico o consumo de estupefacientes no representan transversalmente a toda la sociedad, sino sólo a las minorías étnicas y a los colectivos más vulnerables y desfavorecidos.

Photo by Martin Brosy on Unsplash


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